Muchas personas sienten la tentación de lavar los champiñones antes de congelarlos, pero esto tiende a hacerlos más blandos cuando se cocinan. Si opta por congelar los champiñones crudos, córteles los tallos y colóquelos en una bolsa de plástico apta para el congelador. Exprima todo el aire que pueda antes de sellar la bolsa y colocarla en el congelador..